En un acto multitudinario celebrado frente a tres curiosos y un perro callejero, el presidente del país presentó ayer su ambicioso Plan Nacional para Erradicar la Corrupción, el cual entrará en vigor “tan pronto como sea posible”, es decir, alrededor del año 3050.
“Estamos comprometidos con el futuro… lejano. Porque la corrupción es como un chicle pegado en el zapato de la democracia: tarde o temprano se despega… si cambias de zapatos”, declaró el mandatario mientras era ovacionado por sus asistentes de confianza (que casualmente se reparten todos los contratos del Estado).
El plan incluye medidas innovadoras como:
✅ Oficinas de Transparencia sin Paredes, para que todos vean lo que no pasa.
✅ Cursos de Ética para Políticos, impartidos por otros políticos aún más corruptos.
✅ Un Comité de Vigilancia Ciudadana, conformado por familiares del presidente para garantizar la imparcialidad. 
Los analistas coinciden en que este es un paso histórico para dejar todo igual. “Cada sexenio nos prometen acabar con la corrupción. Si no se puede, al menos que sigan prometiéndolo, eso genera empleo en imprentas de pancartas”, opinó un ciudadano que prefirió mantenerse en el anonimato por miedo a recibir un cargo público.
El acto concluyó con una ovación ficticia y la promesa de una segunda fase del plan para acabar con la pobreza, pero solo después de la corrupción… es decir, nunca.
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